jueves, 15 de julio de 2021

Actividad 01 Religión, grado octavo. 3P

Un Pequeño país
Palestina es una pequeña franja de tierra junto al Mediterráneo oriental. Su superficie ocupa una extensión de 25.000 km2. Su orografía es muy accidentada. De oeste a este se pueden distinguir cuatro zonas bien diferenciadas:

-La fértil llanura costera.
-La región montañosa central, con montes como el Hebrón (1027 metros) o el Tabor (562 metros).
-El valle de la depresión del Jordán. Esta depresión, en la zona del mar Muerto, llega a 392 metros por debajo del nivel del mar.
-La meseta transjordana.

El clima y el paisaje de Palestina son típicamente mediterráneos. En las llanuras hay cultivos de cereales y huertas; en las tierras altas, se encuentran vides, olivos e higueras.

Tres regiones importantes

Palestina estaba dividida, en tiempos de Jesús, en siete regiones. Las más conocidas son

-Galilea, al norte. Era la región más rica y fértil de Palestina. Sus habitantes vivían de la agricultura, el comercio y la pesca en el lago Tiberíades. Entre sus ciudades se encuentran Cafarnaún, Betsaida, Naín, Caná y Nazaret.
-Samaría, en el centro. Era también una región fértil, pero más pobre que Galilea. Sus principales ciudades eran Samaría, en el interior, y Cesarea, en la costa. Sus habitantes tenían una tradicional enemistad con los judíos.
-Judea, al sur. Era la región más extensa y pobre de Palestina. En ella se encuentra la ciudad de Jerusalén, de gran importancia religiosa, ya que en ella se encuentra el Templo, centro de peregrinación para todos los judíos. Otras ciudades importantes de Judea son Belén, Emaús y Jericó.

Una Historia agitada
En el año 63 a.C., Pompeyo conquista Jerusalén, y Palestina se convierte en una provincia romana.
Cuando Jesús nace, gobierna en Roma en el emperador Octavio Augusto. Cuando muere, el emperador Tiberio.

Palestina era una provincia sin importancia, en la periferia del imperio. Un gobernador representa en Palestina al poder central. En tiempo de Jesús, el gobernador romano era Poncio Pilato. Roma procura respetar las costumbres propias del pueblo judío. Asimismo, se sirve de reyes locales a quienes convierte en vasallos. En el caso del rey Herodes el Grande o de sus hijos Arquelao, Herodes Antipas y Filipo.

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