viernes, 16 de octubre de 2020

Actividad 04 Religión, grado noveno. 4P

Dones y carismas.


La palabra carisma proviene del griego y significa “regalo, don gratuito”. Se utiliza para designar las capacidades o cualidades que el Espíritu Santo concede a los cristianos para que las pongan al servicio de la comunidad. 

San Pablo cita en sus cartas numerosos carismas (el don de lenguas, el don de curar, el don de la sabiduría,…) y señala que el amor es el carisma más importante, el que está por encima de todos. 

“Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de actividades, pero uno mismo es el Dios que activa las cualidades en todos. A cada cual se le concede la manifestación del Espíritu para el bien de todos. Porque a uno Dios, a través del Espíritu, le concede hablar con sabiduría, mientras que a otro, gracias al mismo Espíritu, le da un profundo conocimiento. Por el mismo Espíritu, Dios concede a uno el don de la fe, a otro el carisma de curar enfermedades. Todo esto lo hace el mismo y único Espíritu, que reparte a cada uno sus dones como él quiere”. (1 Cor 12,4-11).

Los carismas son muchos y variados, pero la fuente es una: el Espíritu Santo. La existencia de los carismas es signo de lo que el ser humano puede hacer con la ayuda de la gracia de Dios. 

Los carismas no son para el provecho personal, sino para la edificación y servicio de la comunidad cristiana. Los servicios más comunes dentro de las primeras comunidades eran:

  • Los diáconos, que predicaban la palabra y atendían a los necesitados.
  • Los presbíteros, que presidían las celebraciones.
  • Los obispos, que guiaban y dirigían a las comunidades.
Muchos miembros, pero un sólo cuerpo.

La presencia del Espíritu y sus carismas formó un estilo de comunidades basado en la diversidad. Esta pluralidad de carismas y servicios iba tejiendo una manera de relacionarse entre los hermanos y hermanas, donde cada persona aportaba algo diferente para el bien de todos. Pero cuando la diversidad era tan grande, surge la necesidad de la unidad. Algunos poseedores de carismas más espectaculares se creían mejores que otros, pero no es así. Pablo les recuerda a los Corintios que, aunque seamos muchos, el cuerpo es uno, y que todos los miembros del cuerpo son importantes: desde el ojo y la mano, hasta el pie y la cabeza.

jueves, 15 de octubre de 2020

Actividad 04 Religión, grado octavo. 4P

El Espíritu Santo.

La fiesta de Pentecostés.

Pentecostés era una de las tres grandes fiestas de peregrinación de los israelitas al templo de Jerusalén. Por eso la ciudad estaba llena de judíos procedentes de todas partes. En Pentecostés se celebraba la entrega de la Ley por parte del Señor a Moisés en el monte Sinaí, y se ofrecían las primicias de la cosecha. En este ambiente estaban reunidos los discípulos. 

Lo que ocurre el día de Pentecostés es un fenómeno interior: los discípulos se llenan del Espíritu Santo. La manifestación exterior de esta presencia de Dios por medio del Espíritu Santo consiste en un gran ruido y en unas lenguas de fuego. Viento, ruido y fuego ya estaban presentes en el Antiguo Testamento cuando Dios se aparecía, como en el caso del Sinaí. 

Los discípulos se sienten transformados por este impulso interior y se lanzan a comunicar las grandezas de Dios, es decir, a predicar ante los que habían venido a Jerusalén para la fiesta, y cada uno les entendía en su propia lengua.

En Pentecostés se manifiesta la iglesia.

En Pentecostés se cumple la promesa: el Espíritu Santo se derrama en los corazones de los discípulos y estos reciben la fuerza necesaria para ser testigos de Jesús. El signo de que han recibido esa fuerza es que empiezan a predicar y a dar testimonio de su fe. 

El hecho de que se manifiesten en lenguas extranjeras indica que se cumple el mandato de Jesús de predicar a todos los pueblos. El mensaje de Jesús no es solo para los judíos. 

Jesús ya no los acompaña día a día como antes, pero ahora los discípulos tienen la ayuda del Espíritu Santo, que será como la presencia cercana de Dios, que les da fuerza y les ayuda a comprender el mensaje de Jesús.

 En Pentecostés nace la comunidad de los discípulos de Jesús, nace la Iglesia. A partir de este momento inicial, la Iglesia no hará más que extenderse por el mundo.



martes, 13 de octubre de 2020

Actividad 05 Religión, grado sexto. 4P

¿Cuál es la misión de la Iglesia?

La iglesia continúa la presencia de Jesús en el mundo.

La misión de la Iglesia es continuar en el mundo la misma misión de Jesús, es decir, anunciar el reino de Dios, hacerlo presente en la vida de los cristianos y compartirlo con la comunidad humana. Si el origen de la Iglesia es Jesús, su misión no puede ser otra que la de continuar su presencia en el mundo. Del mismo modo que Jesucristo hizo presente a Dios entre los seres humanos, la Iglesia debe prolongar la vida de Jesús, ha de continuar su obra de liberación haciendo realidad el reino de Dios en todos los tiempos. 

Para realizar su misión la Iglesia necesita cumplir unas condiciones: 

– En primer lugar, la Iglesia debe ser ella misma una comunidad de hermanos y hermanas, una fraternidad que comparta la fe y la vida, en la que el amor, la ayuda y el servicio mutuo sean reales, y en la que Jesús se haga presente en la entrega de unos a otros. 

– En segundo lugar, la Iglesia debe ser anuncio y compromiso de liberación para los pobres y para los oprimidos. Debe estar entregada totalmente, como lo estuvo Jesús, a los débiles, a los marginados, a los que más ayuda necesitan.

La misión de la Iglesia es anunciar e instaurar el reino de Dios.

Para poder anunciar el reino de Dios por todo el mundo, la comunidad cristiana encontró cuatro formas de hacerlo, intentando dar una respuesta a las necesidades de la gente que le rodeaba y a las propias dificultades que entrañaba una vida en común. 

Vive en comunión. Ante la urgencia de conseguir un «solo corazón», los cristianos intentan vivir como hermanos. Se reúnen, comparten lo que tienen, ponen sus bienes en común y están atentos para que, entre ellos, no haya nadie que pase necesidad. A través del amor y el perdón, visualizan el reino que Dios quiere para todos sus hijos e hijas. 

Sirve a los más necesitados. La Iglesia se pone al servicio de los demás, especialmente de los más pobres, y se compromete en la transformación del mundo en una sociedad más solidaria y feliz. Para que el mandamiento del amor que Jesús les había dejado fuese eficaz, la Iglesia se dedica a atender a los más necesitados. 

Proclama el evangelio. Desde los comienzos, los seguidores de Jesús han proclamado y enseñado la buena noticia de la llegada del reino de Dios, incluso arriesgando su propia vida. La misión de la Iglesia es manifestar a Cristo ante los hombres, “hasta los confines del mundo”. Su misión es dar a conocer a Jesús e invitar a todos los hombres y mujeres a seguirle. 

Celebra el recuerdo y la memoria de Jesús. En días especiales, la comunidad se reúne para la oración y la celebración de su fe. En estos momentos, se recuerda la vida y el mensaje de Jesús, se da gracias a Dios por todo lo que hace por sus hijos, se comparte y se celebra la vida. Y muy especialmente, la comunidad celebra la memoria de Jesús en la Eucaristía.


Actividad 04 Religión, grado séptimo. 4P

 El regalo maravilloso de ser padres.

Los modelos de los evangelios.

Mediante la fe cristiana los padres encuentran en la Palabra de Dios y la oración su fuente de fuerza e inspiración. Si miramos el Evangelio, los padres de Jesús se convierten en una referencia directa para aprender a cumplir su misión. 

Como José, los padres:

  • Están atentos a lo que Dios pueda decirles y están decididos a ponerlo en práctica.
  • Guían a sus hijos por la vida, intentando que vivan en las mejores condiciones posibles.
  • Protegen a la familia de todos los peligros e intenta infundir seguridad y estabilidad.

Como María en las distintas escenas de los relatos de la infancia, los padres:

Alimentan y dan amor a sus hijos para que tengan fuerza y vigor.

Transmiten su fe y les hablan de amor a sus hijos para que crezcan en sabiduría.

Contemplan la obra de Dios en ellos conservan ese recuerdo en su corazón y le dan gracias.

Callan cuando no entienden, respetando el misterio de una vida y una misión que no les pertenece.

Jesús, modelo de todo cristiano.

Jesús no fue padre, pero con sus actitudes y valores es referencia para todo ser humano, en todas sus actividades y circunstancias. Los cristianos lo tienen siempre como primera y última referencia. Algunas conductas y palabras suyas pueden ser ejemplares para los padres. Por eso:

Como Jesús que bendecía a los niños y les imponía las manos (Mc 10, 13-16), los padres ponen otras preocupaciones en segundo lugar y comparten el tiempo necesario con sus hijos.

Como Jesús que hablaba con autoridad y no como los maestros de la ley (Mt 7, 29), los padres enseñan a sus hijos y les dan testimonio de los que les dicen.

Como Jesús ante la higuera estéril (Lc 13, 6-9), los padres saben tener paciencia con sus hijos y esperan que crezcan a su ritmo.

Como Jesús que se conmueve ante el dolor de la viuda de Naín (Lc 7, 13), los padres son sensibles a las emociones de sus hijos, las respetan e intervienen para ayudarles cuando lo necesitan

Como Jesús ante los gestos de los pobres (Lc 21, 1-3), los padres reconocen el valor de las acciones de sus hijos, incluso las más sencillas.

Como Jesús ante los intentos de manipulación de las autoridades y la gente, los padres saben ser claros y firmes con sus hijos, no dejándose llevar por presiones.

Como Jesús ante las autoridades (Jn 8, 11), los padres perdonan a sus hijos, pero les piden que no lo vuelvan a hacer.

Como Jesús que ora al padre por sus discípulos (Jn 17, 9), los padres tienen presentes a sus hijos en la oración.


viernes, 2 de octubre de 2020

Actividad 03 Religión, grado noveno. 4P

La iglesia, desde Pentecostés.


En Pentecostés nace la comunidad de los discípulos de Jesús. 

A partir de Pentecostés la comunidad cristiana se encarga de hacer presente la vida y el mensaje de Jesús. Tras la muerte de Jesús los discípulos permanecen unidos en torno a los apóstoles y a María, la madre de Jesús. Durante ese tiempo, Jesús se les aparece varias veces, manifestándoles que está vivo y animándoles a cumplir su misión.

El libro de los Hechos narra cómo en la fiesta de Pentecostés se cumple la promesa.

La fiesta Judía

Cincuenta días después de la Pascua, el pueblo judío celebraba una acción de gracias que coincidía con la recolección de los cereales. Se celebraba la Alianza con Dios en el monte Sinaí y se ofrecían los frutos de los campos. A diferencia de muchas religiones, los judíos contaban con un único templo que estaba en Jerusalén. Era allí donde se celebraban las fiestas y se ofrecían los sacrificios. En cada pueblo contaban solo con la sinagoga para escuchar la palabra de Dios, comentarla y rezar juntos. Para la Pascua o Pentecostés se reunían judíos de todos los puntos del Mediterráneo en Jerusalén para celebrar la fiesta. 

“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, semejante a una ráfaga de viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo los movía a expresarse”. (Hch 2,1-4) 

El Espíritu Santo se derramó en los corazones de los discípulos y ellos recibieron la fuerza necesaria para ser testigos de Jesús. A partir de entonces ya no serían los mismos. Ese grupo, encerrado por miedo, abre las puertas y comienza a dar testimonio a todo el mundo de Jesucristo. 

En Pentecostés nace la comunidad de los discípulos y discípulas de Jesús, se manifiesta la Iglesia. 

Tras su muerte y Resurrección, Jesús ya no está físicamente con sus discípulos; sin embargo, a partir del acontecimiento de Pentecostés la comunidad cristiana se encarga de hacer presente la vida y el mensaje de Jesús.


jueves, 1 de octubre de 2020

Actividad 03 Religión, grado octavo. 4P

¿Qué espera Jesús de su nueva familia?

Hay determinados grupos que se forman por aficiones compartidas o por afinidades de otro tipo. Lo que une a los discípulos es su especial relación con Jesús, junto con el que buscan cumplir la voluntad de Dios. 

Así, el grupo de los discípulos se convierte en una comunidad, en una nueva familia, la de los amigos de Jesús. Han recibido el mensaje del Padre y se consideran hermanos. 

Pero no solo viven en el amor, sino que están destinados a “dar fruto”, es decir a comunicar al resto de las personas este mensaje y esta forma de vida.

Enviados en representación de Jesús.

Jesús, ya durante su vida, cuenta con sus discípulos para que le ayuden en la predicación. Los envía como representantes suyos para que anuncien la llegada del reino de Dios. 

Pero aunque tengan éxito en esa misión, lo más importante no es el resultado que obtengan, sino que sus nombres “están inscritos en el cielo”, es decir, que viven unidos a Jesús y al Padre.

La promesa del Espíritu.

Jesús les había estado comunicando todo durante su vida, pero los discípulos no siempre entendían la profundidad de lo que Jesús era y vivía. 

Por eso les promete el Espíritu Santo, que será enviado por el Padre cuando Jesús haya muerto. Con su ayuda, los discípulos serán capaces de vivir como hermanos y de cumplir la misión que Jesús les encomienda.