lunes, 28 de septiembre de 2020

Actividad 04 Religión, grado sexto. 4P

Carismas y ministerios.

La palabra carisma proviene del griego y significa “regalo, don gratuito”. Se utiliza para designar las capacidades o cualidades que el Espíritu Santo concede a los cristianos para que las pongan al servicio de la comunidad.

No son para el provecho personal, sino para la edificación de la Iglesia al servicio del reino de Dios. Por ejemplo: la vocación religiosa, una especial sensibilidad hacia los más pobres, el afán de enseñar, de acompañar… 

San Pablo cita en sus cartas numerosos carismas (el don de lenguas, el don de curar, el don de la sabiduría,...); y señala que el amor es el carisma más importante, el que está por encima de todos.

Un solo cuerpo y diversas responsabilidades.

San Pablo empezó a utilizar la expresión “cuerpo de Cristo” para definir la Iglesia. Del mismo modo que en un cuerpo hay diferentes miembros y todos son importantes porque cumplen su función, dentro de la Iglesia hay variedad de responsabilidades y servicios. 

Dentro de la Iglesia podemos distinguir tres grandes formas de pertenecer a la comunidad: 

Los laicos. Es el grupo más numeroso e incluye a todos los fieles cristianos que viven su vida profesional y familiar intentando mejorar nuestro mundo. 

La jerarquía de la Iglesia. A ella pertenecen los obispos, entre los cuales el Papa tiene un lugar preeminente; también los sacerdotes o presbíteros, que, presididos por el obispo, trabajan al servicio de la comunidad; y los diáconos, que ayudan a los sacerdotes en sus tareas. 

Los religiosos y religiosas. Viven en comunidad. Hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, y tienen como ideal el seguimiento más radical de Cristo, que vivió pobre, sin casarse y obediente a la voluntad de Dios.

Una comunidad organizada en diócesis y en parroquias

En el Imperio romano, una diócesis era una subdivisión administrativa territorial. Pronto la Iglesia adoptó el término para nombrar el territorio adjudicado a un obispo. 

Hoy una diócesis es el conjunto de creyentes que residen en un determinado territorio y que han sido confiados a un obispo. La unidad básica de la Iglesia es la diócesis. La catedral es la iglesia madre de una diócesis. 

Las diócesis están divididas en parroquias. La palabra parroquia significa “vecindario”. La parroquia tiene, pues, un marcado carácter territorial. Constituye una determinada comunidad de creyentes confiada al cuidado de un sacerdote al que se le llama párroco, y que es nombrado por el obispo.

 En torno a la parroquia se articula la vida de la comunidad cristiana. En ella tienen lugar las celebraciones litúrgicas y los sacramentos, así como las actividades de catequesis. Las parroquias también se han convertido en un importante centro de acogida, atención y acompañamiento a los más necesitados. La parroquia es ante todo un lugar de encuentro.


Actividad 03 Religión, grado séptimo. 4P

El sentido del sacramento del Matrimonio.

Para los cristianos, la vida matrimonial y familiar tiene su fundamento en el sacramento del Matrimonio. Todos los sacramentos unen a las personas con Dios y les permiten recibir de Él algo importante para sus vidas. Son un regalo y una gran ayuda. 

En el caso del sacramento del Matrimonio, el hombre y la mujer expresan el amor que se tienen y lo presentan a Dios. Él bendice este amor y se une a ellos para ayudarles a llevar adelante su proyecto de pareja. De esta manera, Dios se convierte en el cimiento sobre el que el hombre y la mujer construyen la familia. 

El sacramento del Matrimonio existe porque el mismo Jesús dio gran importancia a la unión del hombre y de la mujer. En su época existía entre los judíos la posibilidad de repudiar a la mujer por parte del marido, es decir, rechazarla por determinados motivos después de casados. Este derecho no era recíproco pues la mujer no podía repudiar al marido. 

En una ocasión le preguntaron a Jesús si era lícito o no repudiar a la mujer. Su respuesta fue: ¿No han leído en la Escritura que Dios, al principio, los creó hombre y mujer, y que dijo: Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán uno solo? De manera que ya no son dos sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre (Mt 19, 4-6).

Características del matrimonio cristiano.

De acuerdo con lo dicho anteriormente, el matrimonio cristiano tiene las siguientes características: 

  • No es algo que incumbe solo a la pareja. Es un proyecto de amor cuya fuente permanente es Dios mismo. 
  • El amor de la pareja se convierte en un signo del amor de Dios. Dios es amor y el hombre y la mujer aman como Dios ama.
  • Es un amor fiel, para siempre. no excluye las dificultades en el camino, pero estas se ven como ocasiones de avanzar en la vivencia del amor. 
  • La fecundidad del matrimonio incluye la transmisión de la fe a los hijos y al entorno social.




viernes, 25 de septiembre de 2020

Actividad 02 Religión, grado noveno. 4P

 Jesús promete enviar el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo acompaña, ilumina y da fuerza a los cristianos. 

Jesús prometió a sus discípulos que no los abandonaría nunca. Antes de subir a los cielos, Jesús se despidió de sus discípulos y les aconsejó: 

“No salgan de Jerusalén; esperen la promesa que les hice de parte del Padre; porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días”. 

Ya en otras ocasiones había hablado Jesús del envío del Espíritu. ¿Cuál será su misión?

  • Acompañar siempre a los discípulos: los creyentes no nos sentimos abandonados por Dios, ni olvidados por Jesús. Su Espíritu nos acompaña siempre y podemos sentir en nuestro interior que es verdad la promesa que Jesús nos hizo un día: “Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos”.
  • Iluminarlos para recordar y comprender la vida y el mensaje de Jesús: el Espíritu Santo es la luz que nos permite comprender el misterio de Dios manifestado en Jesucristo. Cuando los apóstoles se quedan solos, es el mismo Espíritu quien les ayuda a recordar lo que Jesús hizo y dijo; eso les permite mantener viva la memoria del Maestro.
  • Darles la fuerza para ser testigos de Jesús por todo el mundo: ante todo, Jesús quiere darnos su mismo Espíritu para que podamos continuar la obra que Él mismo ha comenzado. Gracias al Espíritu Santo podemos seguir dando a conocer el Reino de Dios a nuestros amigos y compañeros y podemos encontrar la fuerza para acompañar a los pobres, guiar a los ciegos, etc. 

Con su Espíritu, podemos confesar como San Pablo: “ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí”.

En la biblia se habla de símbolos que explican la acción del Espíritu Santo. Estos símbolos son:

El fuego: de esta manera aparece en la fiesta de pentecostés, cuando se derrama en los corazones de los discípulos. De esta manera reciben lo necesario para empezar su labor evangelizadora.

El aliento: de esta forma lo muestra el evangelio de san Juan: "Jesús sopló sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu Santo". El aliento es la vida de las personas. En la creación, Dios sopló su aliento sobre el barro para darle vida.

El viento: Jesús lo explica a Nicodemo cuando dice "el viento sopla de donde quiere si tu oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Lo mismo sucede con el que nace del Espíritu Santo".

El agua: hace referencia al bautismo de los cristianos en el que se recibe el Espíritu Santo y se incorporan a la comunidad eclesial.

El aceite: es usado en el A.T para ungir a los sacerdotes, profetas y reyes. Cristo, quiere decir ungido. Sus seguidores somos ungidos como sacerdotes, profetas y reyes.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Actividad 02 Religión, grado octavo. 4P

Jesús se rodea de un grupo.

Los cuatro evangelios cuentan cómo Jesús, desde el principio de su vida pública, llamó a algunas personas para que estuvieran junto a Él y vivieran a su lado todo el proceso de predicación a lo largo y ancho de Palestina. 

En el evangelio, los que componen este grupo más reducido reciben el nombre de discípulos. El discípulo no se limita a escuchar las enseñanzas del maestro, sino que lo sigue, convive con Él y acepta su palabra haciéndola una forma de vida. 

Estas personas constituyen el grupo íntimo de Jesús: a ellos les cuenta sus inquietudes y con ellos comparte sus estados de ánimo y su vida interior. Establece con todos ellos un alto nivel de comunicación. 

Entre ese grupo de discípulos se encuentran muchas mujeres, alguna de las cuales, como María Magdalena, lo acompañarán hasta la cruz. Además de este grupo, más o menos estable, Jesús reunía a muchedumbres en los diferentes lugares que visitaba. 

En un momento determinado de su vida pública, Jesús escoge a 12 de sus discípulos y les da el calificativo de apóstoles, que significa “enviados”. Son sus colaboradores más cercanos y sobre ellos recae la responsabilidad de animar la comunidad de los cristianos luego de la muerte de Jesús. 

Los seguidores de Jesús, un grupo distinto.

En tiempos de Jesús existían también otros maestros que contaban con discípulos. Jesús se diferenció de ellos por varias razones, entre ellas por el hecho de que entre sus seguidores hubiera mujeres. Pero también por lo que Jesús pedía y esperaba del grupo de sus seguidores. Son más que compañeros: entre ellos se establece una relación intensa, como la de una nueva familia, una auténtica comunidad de hermanos unidos por el amor del Dios Padre de Jesús. 

Además, la autoridad dentro de ese grupo no debe nunca ejercerse como poder, sino, siguiendo el ejemplo de Jesús, como auténticos servidores: “El que quiera ser grande entre vosotros sea vuestro servidor”.

Continuadores de la obra de Jesús.

El grupo de los discípulos no solo está destinado a vivir una nueva relación de fraternidad en el interior de la comunidad, sino que también debe “dar fruto”, es decir, continuar la obra de Jesús extendiendo el trabajo y la predicación sobre el reino de Dios. 

Su misión consiste en anunciar a todo el mundo el mensaje y la forma de vida a la que Jesús llama. 

Jesús confía a sus discípulos la misma misión que Él desempeñó: que vivan en profundidad el hecho de que Dios Padre nos ama, y que anuncien y lleven a todo el mundo ese amor.

Tomado del libro de Religión: Ver a Jesús de grado octavo. Editorial SM


miércoles, 23 de septiembre de 2020

Actividad 02 Religión, grado décimo. 4P

 El proyecto de un joven cristiano.

En el tema anterior analizamos la opción fundamental de Jesús y su correspondiente escala de valores. Ahora, nos planteamos qué reflejo tiene esa experiencia de Jesús en la vida moral del joven cristiano. Y lo hacemos analizando la experiencia de san Pablo tal y como la relata él mismo en sus escritos. 

Los siguientes textos bíblicos hablan sobre la argumentación moral cristiana en san Pablo y los cambios que produjeron su conversión:


Han escuchado, sin duda, de mi antigua conducta con el judaísmo: con qué furia perseguía yo a la Iglesia de Dios intentando destrozarla. Incluso aventajaba dentro del judaísmo a muchos compatriotas de mi edad como fanático partidario de las tradiciones de mis antepasados. Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por pura bondad, se complació en revelarme a su Hijo y en hacerme su mensajero entre los paganos, inmediatamente, sin consultar a hombre alguno y sin subir a Jerusalén para ver a quienes eran apóstoles antes que yo, me dirigí a Arabia y de nuevo regresé a Damasco.

Gál 1, 13-17

Fui circundado a los ocho días de nacer, soy de la descendencia de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pies a cabeza, fariseo en cuanto al modo de entender la ley, fanático perseguidor de la Iglesia, e irreprochable en lo que se refiere al cumplimiento de la ley. 

Pero lo que entonces consideraba una ganancia, ahora lo considero pérdida por amor a Cristo. Más aún, pienso incluso que nada vale la pena si se compara con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él he sacrificado todas las cosas, y todo lo tengo por estiércol con tal de ganar a Cristo...

Flp 3, 5-8

Sin embargo, la misma ley me ha llevado a romper con la ley a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que es Cristo quien en mí. Ahora, en mi vida terrena, vivo creyendo en el Hijo de Dios que amó y se entregó por mí.

Gál 2, 19-20

Les digo, pues, y les recomiendo con insistencia en el nombre del Señor, que no vivan como viven los paganos: vacíos de pensamiento, oscurecida la mente y alejados de la vida de Dios a causa de su ignorancia y su terquedad. Perdido el sentido moral, se han entregado al vicio y se dedican a todo género de impurezas y codicia. ¡No es eso lo que ustedes han aprendido sobre Cristo! Porque supongo que han oído hablar de Él y que, en conformidad con la auténtica doctrina de Jesús, les enseñaron como cristianos a renunciar a su conducta anterior y al hombre viejo corrompido por seductores apetitos. De este modo se renuevan espiritualmente y se revisten del hombre nuevo creado a imagen de Dios, para llevar una vida verdaderamente recta y santa. 

Por tanto, destierren la mentira; que cada uno diga la verdad a su prójimo ya que somos miembros los unos de los otros. Si se dejan llevar de la ira, que no sea hasta el punto de pecar y que su enojo no dure más allá de la puesta del sol. Y no den al diablo oportunidad alguna. El ladrón, que no robe más, sino que procure trabajar honradamente, para poder ayudar al que está necesitado. Que no salgan de su boca palabras groseras; si algo dicen, que sea bueno, edificante, oportuno y provechoso para quienes les escuchan. Y no causen tristeza al Espíritu Santo de Dios, que es como un sello impreso en ustedes para distinguirlos el día de la liberación. Que desaparezca de entre ustedes toda agresividad, rencor, ira, indignación, injurias y toda clase de maldad. Sean más bien bondadosos y compasivos los unos con los otros, y perdónense mutuamente, como Dios lo ha perdonado por medio de Cristo. Sean pues imitadores de Dios como hijos suyos muy queridos. Y hagan del amor la norma de su vida, a imitación de Cristo que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios.

Ef 4, 17-5, 2

Es cierto, hermanos, que han sido llamados a la libertad. Pero no tomen la libertad como pretexto para satisfacer sus apetitos desordenados; antes bien, háganse esclavos los unos de los otros por amor. Pues toda ley se cumple si se cumple este solo mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si se muerden y se devoran unos a otros, terminarán aniquilándose mutuamente. 

Por tanto les pido: Caminen según el Espíritu Santo y no se dejen arrastrar por los apetitos desordenados. Porque esos apetitos actúan contra el Espíritu y el Espíritu contra ellos. Ambos combaten entre sí, por esos ustedes no pueden realizar sus buenos deseos. Pero si se dejan conducir por el Espíritu, no están bajo el dominio de la ley. 

En cuanto a los frutos de esos desordenados apetitos, son bien conocidos: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, discordias, rivalidad, ira, egoísmo, divisiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes. Los que hacen tales cosas –les repito ahora, como ya les dije antes– no heredarán el reino de Dios. 

En cambio, los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio de sí mismo. Ante esto no hay ley que valga. Ahora bien, los que son de Cristo Jesús han crucificado sus apetitos desordenados junto con sus pasiones y malos deseos. Si vivimos gracias al Espíritu, comportémonos también según el Espíritu. No seamos vanidosos, provocándonos y envidiándonos unos a otros.

Gál 5, 13-26


martes, 22 de septiembre de 2020

Actividad 03 Religión, grado sexto. 4P

 La iglesia es una comunidad.

La Iglesia es más que una asociación o una organización: es una gran comunidad de hermanas y hermanos. La palabra “iglesia” significa convocatoria, asamblea, comunidad. La Iglesia no es un lugar de reunión, aunque también llamemos «iglesia» al edificio en el que se reúnen los cristianos. La Iglesia la forman las personas, la comunidad. 

La Iglesia es la comunidad de los seguidores de Jesús, comunidad que desea anunciar, con su vida, el evangelio de Jesucristo como salvación para todos.

Imágenes para describir la Iglesia.

¿Cómo es este pueblo de Dios que llamamos Iglesia? ¿Cuál es su manera de ser? La Iglesia se describe a sí misma con tres imágenes:

  • La Iglesia, pueblo de Dios. Así como en el Antiguo Testamento Dios eligió a Israel como su pueblo, en el Nuevo Testamento ha instituido la comunidad de creyentes en Cristo como el nuevo pueblo de Dios. Todos los cristianos se incorporan a él por el Bautismo.
  • La Iglesia, cuerpo de Cristo. La comparación de la Iglesia con el cuerpo ayuda a entender mejor la relación existente entre la Iglesia y Cristo: todos los miembros permanecen unidos entre sí por su unión con Cristo que es la cabeza de ese cuerpo. En la Iglesia, como en un cuerpo, existe una diversidad de funciones y de cometidos.
  • La Iglesia, templo del Espíritu Santo. Sobre el fundamento de Cristo los apóstoles levantaron la Iglesia como si fuera un edificio, la casa de Dios, un templo. Lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo que reside y actúa en ella.
La iglesia es humana y divina.

El Concilio Vaticano II afirma que la Iglesia es “una realidad compleja en la que están unidos el elemento divino y el humano”.

– El elemento humano, es decir, las personas que la forman, confiere a la Iglesia los mismos rasgos que caracterizan a otras sociedades humanas: históricos, culturales, organizativos, etc. Formada por seres humanos, manifiesta muchas veces los defectos y egoísmos de los hombres. 

– Por su dimensión divina, la Iglesia tiene su explicación en el plan de Dios de salvar a la humanidad. A través de ella Cristo está salvando al mundo.

Rasgos de una comunidad

En la Iglesia hay muchas y muy variadas comunidades, pero todas ellas tienen unos elementos comunes. Una comunidad cristiana es un grupo que:

– está unido por la fe en Jesucristo; 
– está en comunión con la Iglesia universal; 
– vive en su interior el amor fraterno en libertad; 
– forma a sus miembros para vivir la vida cristiana; 
– celebra su fe en la vivencia de los sacramentos; 
– anuncia el evangelio; 
– cultiva la solidaridad y el amor al necesitado;
– colabora en la construcción de un mundo mejor.

Actividad de clase:

Realizar una infografía en Canva con base en el tema: La iglesia es una comunidad. En la infografía se deben escribir los siguientes temas: Imágenes para describir la Iglesia, La iglesia es humana y divina, y los rasgos característicos de la Iglesia.

Link para ingresar:

https://www.canva.com/brand/join?token=tqxoz2kOS3vDAczx854Wig&brandingVariant=edu&referrer=team-invite

Actividad 02 Religión, grado séptimo. 4P

Unidos por el amor

El matrimonio, base de la familia.

En el Matrimonio, el hombre y la mujer se unen por amor. Los frutos de esta unión son muchos:

  • Ayuda a la pareja a realizarse como personas en todos los campos.
  • Crea las condiciones para que los hijos nazcan y crezcan en un clima acogedor que garantice su cuidado y desarrollo.
  • Aporta a la sociedad una estabilidad social y afectiva de gran importancia.

En nuestra cultura el Matrimonio genera la familia. Y esta es el lugar donde las personas tienen sus raíces, donde se pueden sentir amadas y donde aprenden desde los hábitos más elementales hasta los valores más importantes de la vida. Deberíamos decir que, en gran medida, la sociedad se sustenta en la familia y esta en el Matrimonio.

El orden de la familia

Los esposos un día tendrán hijos y surgirá la familia. Los hijos con el tiempo crecerán y abandonarán la casa de sus padres para fundar su propia familia. Sus hijos harán en su día lo mismo. ¡Esta es la historia de la vida! Una cadena ininterrumpida de padres e hijos donde nacemos y encontramos nuestro sitio. 

En la familia hay un orden de autoridad que viene marcado por este río de la vida. Los mayores merecen siempre el respeto y la obediencia de los más jóvenes. La mayor dignidad de las personas con más años tiene que ser conservada incluso cuando son ancianas y se vuelven dependientes de sus hijos o nietos.

Los Evangelios recuerdan que Jesús vivió con sus padres en Nazaret obedeciéndoles (Lc 2, 51). Así honraba la dignidad de sus padres, aunque más tarde tuviera que abandonar su familia. 

En cambio, este orden de la dignidad no implica que haya una prioridad distinta en el orden de la atención. Cuando nos referimos a quién hay que cuidar primero, el criterio es el contrario: primero cuidamos a los más débiles, que son los más pequeños. Mientras dependen de los adultos, los niños pequeños son atendidos como lo más precioso de la familia. Más adelante lo serán los padres ancianos, que vuelven a ser dependientes por su edad o por enfermedad.


VIAJE APOSTÓLICO
DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
A VALENCIA (ESPAÑA) CON MOTIVO
DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS

La familia es el ámbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y recibir amor. La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre los esposos, sostenida por el afecto y la comprensión mutua. Para ello recibe la abundante ayuda de Dios en el sacramento del Matrimonio. 

La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. La familia es una escuela de humanización del ser humano. La familia, fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, expresa la dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el ser humano puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral.

BENEDICTO XVI

Trabajo de Clase

Con base en el texto del papa Benedicto XVI, realizar una presentación en Canva (tipo infografía), en donde se hable de la familia y sus características.

Link para unirse a canva: 

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