miércoles, 19 de agosto de 2020

Actividad 05 Religión, grado décimo.

 Jesús nos muestra quién es Dios.


La imagen de Dios para los judíos

Para los judíos del tiempo de Jesús, Dios era tan sagrado que evitaban cuidadosamente pronunciar el nombre de Yavé. Era sustituido en la lectura pública por el término “Adonay” (Nuestro Señor). O utilizaban expresiones como El Santo, El Señor del Cielo, La Palabra… Esto nos hace ver la enorme distancia que separaba al judío de ese Dios lejano y majestuoso.

Jesús se dirige a Dios llamándole Padre

Lo que más llama la atención de la oración de Jesús es el clima de confianza e intimidad que tiene con Dios. Se dirige a él llamándolo Abba (papá en arameo). Este diminutivo cariñoso y familiar era la primera palabra que aprendían los niños judíos. Los Evangelios ponen la palabra “Padre” en boca de Jesús hasta 170 veces.

Para Jesús Dios no es un ser lejano y distante, sino un Dios cercano, al que debe obediencia y fidelidad. Jesús vive como un hijo entregado y confiado al Padre, cumple su voluntad, sigue sus mandatos. Como el niño habla con su padre, así habla Jesús con Dios, con tanto abandono y confianza.

La parábola del padre misericordioso

Jesús hablaba a sus discípulos en parábolas. Para expresar quién es Dios, utilizó la parábola del padre misericordioso, también conocida como la parábola del hijo pródigo. Es aquí donde encontramos las claves para saber cómo es Dios:

  • Dios es un Padre cercano que nos ama profundamente. 
  • Dios es un Padre que respeta la libertad de sus hijos. 
  • Dios es un Padre que desea compartir el amor con sus hijos. 
  • Dios es un Padre que espera con ansia el regreso de sus hijos. 
  • Dios es un Padre que desea que sus hijos vivan como hermanos.

Frente a la idea de un Dios justiciero que impone obligaciones y amenaza con castigos, Jesús habla de un Padre lleno de misericordia, ternura y perdón.

¿Qué significa llamar Padre a Dios?

Llamar Padre a Dios significa: 

  • Reconocerle como el origen y fundamento de nuestra vida, en quien podemos apoyarnos siempre con cercanía y confianza. 
  • Descubrir y hacer su voluntad. 
  • Considerar a los demás hombres y mujeres nuestros hermanos, hijos de un Padre común; y muy especialmente a los más necesitados y débiles, por quienes Dios Padre tiene especial predilección.
Tomado del libro de décimo Ver a Jesús, de la editorial SM.


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