miércoles, 29 de septiembre de 2021

Actividad 04 Religión, grado octavo. 4P

 El Espíritu Santo.

La fiesta de Pentecostés.

Pentecostés era una de las tres grandes fiestas de peregrinación de los israelitas al templo de Jerusalén. Por eso la ciudad estaba llena de judíos procedentes de todas partes. En Pentecostés se celebraba la entrega de la Ley por parte del Señor a Moisés en el monte Sinaí, y se ofrecían las primicias de la cosecha. En este ambiente estaban reunidos los discípulos. 

Lo que ocurre el día de Pentecostés es un fenómeno interior: los discípulos se llenan del Espíritu Santo. La manifestación exterior de esta presencia de Dios por medio del Espíritu Santo consiste en un gran ruido y en unas lenguas de fuego. Viento, ruido y fuego ya estaban presentes en el Antiguo Testamento cuando Dios se aparecía, como en el caso del Sinaí. 

Los discípulos se sienten transformados por este impulso interior y se lanzan a comunicar las grandezas de Dios, es decir, a predicar ante los que habían venido a Jerusalén para la fiesta, y cada uno les entendía en su propia lengua.

En Pentecostés se manifiesta la iglesia.

En Pentecostés se cumple la promesa: el Espíritu Santo se derrama en los corazones de los discípulos y estos reciben la fuerza necesaria para ser testigos de Jesús. El signo de que han recibido esa fuerza es que empiezan a predicar y a dar testimonio de su fe. 

El hecho de que se manifiesten en lenguas extranjeras indica que se cumple el mandato de Jesús de predicar a todos los pueblos. El mensaje de Jesús no es solo para los judíos. 

Jesús ya no los acompaña día a día como antes, pero ahora los discípulos tienen la ayuda del Espíritu Santo, que será como la presencia cercana de Dios, que les da fuerza y les ayuda a comprender el mensaje de Jesús.

En Pentecostés nace la comunidad de los discípulos de Jesús, nace la Iglesia. A partir de este momento inicial, la Iglesia no hará más que extenderse por el mundo.

Tomado de: Libro de religión grado octavo, Editorial SM

lunes, 27 de septiembre de 2021

Actividad 04 Religión grado séptimo. 4P

  El regalo maravilloso de ser padres.


Los modelos de los evangelios.

Mediante la fe cristiana los padres encuentran en la Palabra de Dios y la oración su fuente de fuerza e inspiración. Si miramos el Evangelio, los padres de Jesús se convierten en una referencia directa para aprender a cumplir su misión. 

Como José, los padres:

  • Están atentos a lo que Dios pueda decirles y están decididos a ponerlo en práctica.
  • Guían a sus hijos por la vida, intentando que vivan en las mejores condiciones posibles.
  • Protegen a la familia de todos los peligros e intenta infundir seguridad y estabilidad.

Como María en las distintas escenas de los relatos de la infancia, los padres:

Alimentan y dan amor a sus hijos para que tengan fuerza y vigor.

Transmiten su fe y les hablan de amor a sus hijos para que crezcan en sabiduría.

Contemplan la obra de Dios en ellos conservan ese recuerdo en su corazón y le dan gracias.

Callan cuando no entienden, respetando el misterio de una vida y una misión que no les pertenece.

Jesús, modelo de todo cristiano.

Jesús no fue padre, pero con sus actitudes y valores es referencia para todo ser humano, en todas sus actividades y circunstancias. Los cristianos lo tienen siempre como primera y última referencia. Algunas conductas y palabras suyas pueden ser ejemplares para los padres. Por eso:

Como Jesús que bendecía a los niños y les imponía las manos (Mc 10, 13-16), los padres ponen otras preocupaciones en segundo lugar y comparten el tiempo necesario con sus hijos.

Como Jesús que hablaba con autoridad y no como los maestros de la ley (Mt 7, 29), los padres enseñan a sus hijos y les dan testimonio de los que les dicen.

Como Jesús ante la higuera estéril (Lc 13, 6-9), los padres saben tener paciencia con sus hijos y esperan que crezcan a su ritmo.

Como Jesús que se conmueve ante el dolor de la viuda de Naín (Lc 7, 13), los padres son sensibles a las emociones de sus hijos, las respetan e intervienen para ayudarles cuando lo necesitan

Como Jesús ante los gestos de los pobres (Lc 21, 1-3), los padres reconocen el valor de las acciones de sus hijos, incluso las más sencillas.

Como Jesús ante los intentos de manipulación de las autoridades y la gente, los padres saben ser claros y firmes con sus hijos, no dejándose llevar por presiones.

Como Jesús ante las autoridades (Jn 8, 11), los padres perdonan a sus hijos, pero les piden que no lo vuelvan a hacer.

Como Jesús que ora al padre por sus discípulos (Jn 17, 9), los padres tienen presentes a sus hijos en la oración.

Actividad 03 Religión, grado once. 4P

viernes, 24 de septiembre de 2021

Actividad 03 Ética, grado sexto. 4P

 Carismas y ministerios.

La palabra carisma proviene del griego y significa “regalo, don gratuito”. Se utiliza para designar las capacidades o cualidades que el Espíritu Santo concede a los cristianos para que las pongan al servicio de la comunidad.

No son para el provecho personal, sino para la edificación de la Iglesia al servicio del reino de Dios. Por ejemplo: la vocación religiosa, una especial sensibilidad hacia los más pobres, el afán de enseñar, de acompañar… 

San Pablo cita en sus cartas numerosos carismas (el don de lenguas, el don de curar, el don de la sabiduría,...); y señala que el amor es el carisma más importante, el que está por encima de todos.

Un solo cuerpo y diversas responsabilidades.

San Pablo empezó a utilizar la expresión “cuerpo de Cristo” para definir la Iglesia. Del mismo modo que en un cuerpo hay diferentes miembros y todos son importantes porque cumplen su función, dentro de la Iglesia hay variedad de responsabilidades y servicios. 

Dentro de la Iglesia podemos distinguir tres grandes formas de pertenecer a la comunidad: 

• Los laicos. Es el grupo más numeroso e incluye a todos los fieles cristianos que viven su vida profesional y familiar intentando mejorar nuestro mundo. 

 La jerarquía de la Iglesia. A ella pertenecen los obispos, entre los cuales el Papa tiene un lugar preeminente; también los sacerdotes o presbíteros, que, presididos por el obispo, trabajan al servicio de la comunidad; y los diáconos, que ayudan a los sacerdotes en sus tareas. 

 Los religiosos y religiosas. Viven en comunidad. Hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, y tienen como ideal el seguimiento más radical de Cristo, que vivió pobre, sin casarse y obediente a la voluntad de Dios.

Una comunidad organizada en diócesis y en parroquias

En el Imperio romano, una diócesis era una subdivisión administrativa territorial. Pronto la Iglesia adoptó el término para nombrar el territorio adjudicado a un obispo. 

Hoy una diócesis es el conjunto de creyentes que residen en un determinado territorio y que han sido confiados a un obispo. La unidad básica de la Iglesia es la diócesis. La catedral es la iglesia madre de una diócesis. 

Las diócesis están divididas en parroquias. La palabra parroquia significa “vecindario”. La parroquia tiene, pues, un marcado carácter territorial. Constituye una determinada comunidad de creyentes confiada al cuidado de un sacerdote al que se le llama párroco, y que es nombrado por el obispo.

 En torno a la parroquia se articula la vida de la comunidad cristiana. En ella tienen lugar las celebraciones litúrgicas y los sacramentos, así como las actividades de catequesis. Las parroquias también se han convertido en un importante centro de acogida, atención y acompañamiento a los más necesitados. La parroquia es ante todo un lugar de encuentro.



martes, 21 de septiembre de 2021

Actividad 03 Ética, grado décimo. 4P

Mi proyecto de vida.

Para iniciar observemos este video:


Luego de tener una idea más clara sobre los pasos que pueden servir para elaborar el proyecto de vida, manos a la obra:



Actividad 03 Religión, grado octavo. 4P

 ¿Qué espera Jesús de su nueva familia?

Hay determinados grupos que se forman por aficiones compartidas o por afinidades de otro tipo. Lo que une a los discípulos es su especial relación con Jesús, junto con el que buscan cumplir la voluntad de Dios. 

Así, el grupo de los discípulos se convierte en una comunidad, en una nueva familia, la de los amigos de Jesús. Han recibido el mensaje del Padre y se consideran hermanos. 

Pero no solo viven en el amor, sino que están destinados a “dar fruto”, es decir a comunicar al resto de las personas este mensaje y esta forma de vida.

Enviados en representación de Jesús.

Jesús, ya durante su vida, cuenta con sus discípulos para que le ayuden en la predicación. Los envía como representantes suyos para que anuncien la llegada del reino de Dios. 

Pero aunque tengan éxito en esa misión, lo más importante no es el resultado que obtengan, sino que sus nombres “están inscritos en el cielo”, es decir, que viven unidos a Jesús y al Padre.

La promesa del Espíritu.

Jesús les había estado comunicando todo durante su vida, pero los discípulos no siempre entendían la profundidad de lo que Jesús era y vivía. 

Por eso les promete el Espíritu Santo, que será enviado por el Padre cuando Jesús haya muerto. Con su ayuda, los discípulos serán capaces de vivir como hermanos y de cumplir la misión que Jesús les encomienda.