El regalo maravilloso de ser padres.
Los modelos de los evangelios.
Mediante la fe cristiana los padres encuentran en la Palabra de Dios y la oración su fuente de fuerza e inspiración. Si miramos el Evangelio, los padres de Jesús se convierten en una referencia directa para aprender a cumplir su misión.
Como José, los padres:
- Están atentos a lo que Dios pueda decirles y están decididos a ponerlo en práctica.
- Guían a sus hijos por la vida, intentando que vivan en las mejores condiciones posibles.
- Protegen a la familia de todos los peligros e intenta infundir seguridad y estabilidad.
Como María en las distintas escenas de los relatos de la infancia, los padres:
Alimentan y dan amor a sus hijos para que tengan fuerza y vigor.
Transmiten su fe y les hablan de amor a sus hijos para que crezcan en sabiduría.
Contemplan la obra de Dios en ellos conservan ese recuerdo en su corazón y le dan gracias.
Callan cuando no entienden, respetando el misterio de una vida y una misión que no les pertenece.
Jesús, modelo de todo cristiano.
Jesús no fue padre, pero con sus actitudes y valores es referencia para todo ser humano, en todas sus actividades y circunstancias. Los cristianos lo tienen siempre como primera y última referencia. Algunas conductas y palabras suyas pueden ser ejemplares para los padres. Por eso:
Como Jesús que bendecía a los niños y les imponía las manos (Mc 10, 13-16), los padres ponen otras preocupaciones en segundo lugar y comparten el tiempo necesario con sus hijos.
Como Jesús que hablaba con autoridad y no como los maestros de la ley (Mt 7, 29), los padres enseñan a sus hijos y les dan testimonio de los que les dicen.
Como Jesús ante la higuera estéril (Lc 13, 6-9), los padres saben tener paciencia con sus hijos y esperan que crezcan a su ritmo.
Como Jesús que se conmueve ante el dolor de la viuda de Naín (Lc 7, 13), los padres son sensibles a las emociones de sus hijos, las respetan e intervienen para ayudarles cuando lo necesitan
Como Jesús ante los gestos de los pobres (Lc 21, 1-3), los padres reconocen el valor de las acciones de sus hijos, incluso las más sencillas.
Como Jesús ante los intentos de manipulación de las autoridades y la gente, los padres saben ser claros y firmes con sus hijos, no dejándose llevar por presiones.
Como Jesús ante las autoridades (Jn 8, 11), los padres perdonan a sus hijos, pero les piden que no lo vuelvan a hacer.
Como Jesús que ora al padre por sus discípulos (Jn 17, 9), los padres tienen presentes a sus hijos en la oración.
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