Jesús promete enviar el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo acompaña, ilumina y da fuerza a los cristianos.
Jesús prometió a sus discípulos que no los abandonaría nunca. Antes de subir a los cielos, Jesús se despidió de sus discípulos y les aconsejó:
“No salgan de Jerusalén; esperen la promesa que les hice de parte del Padre; porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días”.
Ya en otras ocasiones había hablado Jesús del envío del Espíritu. ¿Cuál será su misión?
- Acompañar siempre a los discípulos: los creyentes no nos sentimos abandonados por Dios, ni olvidados por Jesús. Su Espíritu nos acompaña siempre y podemos sentir en nuestro interior que es verdad la promesa que Jesús nos hizo un día: “Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos”.
- Iluminarlos para recordar y comprender la vida y el mensaje de Jesús: el Espíritu Santo es la luz que nos permite comprender el misterio de Dios manifestado en Jesucristo. Cuando los apóstoles se quedan solos, es el mismo Espíritu quien les ayuda a recordar lo que Jesús hizo y dijo; eso les permite mantener viva la memoria del Maestro.
- Darles la fuerza para ser testigos de Jesús por todo el mundo: ante todo, Jesús quiere darnos su mismo Espíritu para que podamos continuar la obra que Él mismo ha comenzado. Gracias al Espíritu Santo podemos seguir dando a conocer el Reino de Dios a nuestros amigos y compañeros y podemos encontrar la fuerza para acompañar a los pobres, guiar a los ciegos, etc.
Con su Espíritu, podemos confesar como San Pablo: “ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí”.
En la biblia se habla de símbolos que explican la acción del Espíritu Santo. Estos símbolos son:
El fuego: de esta manera aparece en la fiesta de pentecostés, cuando se derrama en los corazones de los discípulos. De esta manera reciben lo necesario para empezar su labor evangelizadora.
El aliento: de esta forma lo muestra el evangelio de san Juan: "Jesús sopló sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu Santo". El aliento es la vida de las personas. En la creación, Dios sopló su aliento sobre el barro para darle vida.
El viento: Jesús lo explica a Nicodemo cuando dice "el viento sopla de donde quiere si tu oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Lo mismo sucede con el que nace del Espíritu Santo".
El agua: hace referencia al bautismo de los cristianos en el que se recibe el Espíritu Santo y se incorporan a la comunidad eclesial.
El aceite: es usado en el A.T para ungir a los sacerdotes, profetas y reyes. Cristo, quiere decir ungido. Sus seguidores somos ungidos como sacerdotes, profetas y reyes.
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