Amar a Dios y santificar las fiestas.
En el Antiguo Testamento se lee: “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.
Jesús, para responder a la pregunta de cuál es el mandamiento principal de la
Ley, dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más importante”. Este
mandamiento es una invitación a poner a Dios en el centro de la vida y a
considerar la relación con Él como lo más importante, lo que da sentido a todo lo
demás. En la práctica, este mandamiento lleva a la persona a:
- Cultivar la relación con Dios y la maduración de la propia fe, buscando conocerlo mejor para amarlo más.
- Dedicar tiempo a la oración como escucha de Dios y diálogo amistoso con Él.
Significa utilizar el nombre de Dios con
respeto y dándole el valor que tiene. Esto tiene que ver con la forma en la que
se habla de Él; también con el juramento cuando se hace ante Dios, poniéndolo
de alguna manera por testigo de algo que se afirma.
Es contrario a este mandamiento:
- Utilizar a Dios o a la religión para algo opuesto a la auténtica voluntad de Dios, como por ejemplo la injusticia o el dominio sobre los demás.
- La blasfemia: el insulto o el desprecio verbal a Dios.
- El perjurio: jurar en falso.
Ya en el Antiguo Testamento el pueblo judío estableció un
día semanal en el que se dejaba de trabajar y se dedicaba un tiempo amplio para
la relación con Dios. Era el sábado. Los cristianos pasaron a vivir esto el domingo,
día de la Resurrección de Jesús, y lo llamaron “El día del Señor”.
El domingo es la fiesta cristiana más importante. Santificar
las fiestas religiosas significa darles su sentido auténtico:
- Dejar de trabajar, para descansar y poder dedicarse a actividades gratuitas y no productivas, para expresar que no todo depende del trabajo.
- Celebrar y participar de la Eucaristía.
- Dedicar tiempo a la oración personal.
- Convivir en familia y con los amigos, y poder dedicarse al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados.
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