Los grandes encuentros.
La historia de la Salvación.
En la historia de la salvación que narra la Biblia, hay personas y momentos
especialmente importantes. Son grandes encuentros de Dios con la humanidad. Estas
son sus principales etapas.
Los orígenes
La primera manifestación de Dios es la creación. En los relatos de los
orígenes se dice que la existencia del Universo y de la humanidad es el primer
signo del amor de Dios. En estos relatos se describe un estado de felicidad
original que expresa el proyecto de Dios para los hombres y las mujeres.
La elección de un pueblo
Para relacionarse con la humanidad, Dios elige un pueblo, que será su
interlocutor. Es el pueblo de Israel. La elección se realiza mediante una
alianza, un pacto con Abrahán y su nieto Jacob, también llamado Israel. Con
esta alianza, Dios promete formar un pueblo y acompañarlo cuidando de él.
La liberación
Cuando el pueblo de Israel tuvo que vivir esclavo en Egipto, Dios se revela
como liberador. Llama a Moisés para que se ponga al frente de su pueblo, lo
saque de Egipto y lo lleve, atravesando el Mar Rojo y el desierto, a la tierra
de la libertad, la tierra prometida. En este caminar por el desierto tiene
lugar un acontecimiento fundamental: en el Sinaí, Dios, por medio de Moisés,
entrega al pueblo una Ley y este se compromete a cumplirla. Es la alianza
solemne entre Yahvé y su pueblo.
El reino de Israel
Una vez asentado en la tierra prometida, Israel se va desarrollando hasta llegar
a constituir un reino. En esta etapa, Dios se revela como un rey justo y fiel a
sus promesas, que conduce a su pueblo por medio de reyes como David y su hijo
Salomón. La intervención de Dios también se realiza por medio de los profetas, personas
que transmiten al pueblo mensajes divinos, unas veces de ánimo y esperanza, y
otras de advertencias o reproches.
La promesa de un Mesías
A pesar de todo, las estructuras políticas y religiosas del reino de Israel
no consiguen traer al pueblo esa situación de felicidad prometida. Por eso empieza
a surgir la esperanza de que un día llegará un mesías que instaurará la
salvación. Son sobre todo los profetas, que hablan de parte de Dios, los que
alimentan esta esperanza mesiánica.
Dios se hace hombre
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