El horizonte ético del Reino de Dios.
El Reino de Dios, una buena noticia.
Jesús anuncia que el reino de Dios está cerca, está ya entre nosotros. Esto es una buena noticia porque el reino de Dios es la realización, ya en este mundo, de la salvación que Dios había prometido.
No es fácil describir en qué consiste el reino de Dios, entre otras razones, porque no existe en nuestro mundo una realidad parecida.
Cuando Jesús habla del reino de Dios, no se refiere a un reino como habitualmente se entiende hoy, es decir, un lugar en el que reina un rey (en este caso, Dios). Cuando Jesús habla de reino de Dios, está hablando de la acción de Dios que interviene en la historia de la humanidad y la lleva hacia su plenitud. En este sentido, sería más correcto hablar de reinado de Dios que de reino de Dios.
Un Reino ya presente.
Cuando los fariseos preguntan a Jesús cuándo va a llegar ese reino, él les dice ya está “entre vosotros”.
Lo que esta expresión significa es que el reino ya está actuando entre las personas; que, con Jesús y su actuación, el reino ha empezado a hacerse presente, aunque no esté en plenitud.
El reino que anuncia Jesús no es algo que tendrá lugar en la otra vida, en el más allá. Es algo que acontece ahora, que ya está en marcha entre nosotros. Es cierto que solo se realizará de forma plena y definitiva al final de los tiempos, pero el trabajo para su crecimiento tiene lugar aquí y ahora.
Las parábolas que narra Jesús muestran el reino de Dios en dos fases:
- Una actual, en la que el reino ya existe, pero está oculto. Es como una pequeña semilla dentro de la tierra, que no se ve pero que día a día crece.
- La otra fase tendrá lugar en el futuro, cuando el reino llegue a su plenitud y proporcione a todos los seres una vida feliz y para siempre.
Lo que dicen las parábolas sobre el reino.
Para describir qué es el reino de Dios, Jesús, siguiendo la costumbre de su pueblo, se sirve de parábolas.
Las parábolas son narraciones que utilizan hechos de la vida real para explicar una realidad más profunda. Jesús utilizó este género literario porque quería que su mensaje lo comprendiera el mayor número de personas, especialmente la gente más sencilla.
Entre las conclusiones que podemos extraer de las parábolas que narra Jesús señalamos estas:
- El Reino de Dios, para su establecimiento, encuentra obstáculos que sin embargo son vencidos, de modo que el reino va arraigando con fuerza. Así lo muestra la parábola del sembrador.
- Los comienzos del Reino de Dios no son espectaculares, al contrario, son sencillos, poco visibles. Esto no excluye su desarrollo glorioso al final de los tiempos. Así lo muestran las parábolas del grano de mostaza y de la levadura.
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