La crucifixión y la muerte de Jesús.
Después
de haber sido sometido a duras torturas (azotes, palizas, burlas, etc.), Jesús
fue conducido fuera de las murallas de Jerusalén a un pequeño monte, el Gólgota
(que significa La Calavera), para ser crucificado allí.
Jesús fue condenado
a morir en la cruz,
un suplicio que
los romanos aplicaban a
asesinos, esclavos, traidores y rebeldes. Un crucificado,
si conseguía apoyarse,
podía tardar días
en morir. Por
eso les rompían
las piernas, para que
muriera asfixiado por el
peso del propio
cuerpo. Jesús murió
sin que le quebraran
las piernas, aunque antes un soldado
le atravesó el costado con una lanza.
Era
habitual poner un letrero en la cruz indicando el motivo de la ejecución. En el
de Jesús ponía: "Jesús Nazareno, rey de los judíos" (cuyas iniciales
en latín son INRI).
Jesús murió
crucificado junto a dos criminales.
Al pie de
la cruz estaban
su madre, algunas mujeres y Juan, el discípulo amado.
Sentido de la muerte de Jesús.
La muerte
de Jesús es
el gesto último
y definitivo en
el que muestra
su amor por
las personas: "Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por
sus amigos". Por eso, la cruz, a pesar de ser un instrumento de tortura y
de muerte, ha pasado a ser para los cristianos la señal del amor de Dios y de
Jesús por las personas.
Los
cristianos leen los relatos sobre la muerte de Jesús, no tanto como documentos
que cuentan lo que pasó, sino como escritos que alimentan su fe porque reflejan
lo que creen sobre Jesús: que es el salvador de la humanidad. Decir que Jesús
"murió por nosotros" significa que:
•La
pasión y muerte de Jesús ha sido y es "por nuestra causa", es decir
"por nosotros, por todos los hombres".
•Gracias a
la muerte de
Jesús, todos los
hombres y mujeres del
mundo están salvados
en Jesucristo del pecado y de la muerte.
•Con
su muerte, Cristo consigue la vida para las personas y las conduce hacia Dios,
su verdadero destino.
La sepultura
Según
los evangelios, algunos amigos de Jesús pidieron permiso al gobernador romano
para recuperar su cuerpo y poder enterrarlo. Entre los judíos, los
enterramientos se llevaban a cabo no en el suelo, sino depositando los
cadáveres en cuevas, cuya entrada quedaba cerrada por grandes piedras para
evitar que entraran animales o saqueadores. Asimismo, los cadáveres solían ser
ungidos con perfumes
y aromas, para
retrasar lo más
posible los efectos
de la descomposición.
A
Jesús lo colocaron en un sepulcro que estaba cerca del lugar de la ejecución y
en el que aún no había sido
enterrado nadie. Era
propiedad de un
judío importante, discípulo
de Jesús, llamado José de
Arimatea. Sin embargo, debido a que se acercaba el sábado, no dio tiempo a
terminar de ungirlo con los perfumes.Game Pin: 685337
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